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Lo primero que se debe tener en cuenta es que no siempre es necesario el aire acondicionado. Si no es necesario bajar la temperatura de forma radical, lo mejor es utilizar el ventilador. Pero si hace mucho calor, se deben bajar las ventanillas antes de poner en marcha el motor para sacar el aire caliente acumulado en el interior del coche. Después súbalas y cuando el vehículo este completamente cerrado encienda el aire acondicionado. La temperatura ideal en el interior del habitáculo de un vehículo debe oscilar entre 19 y 25 grados, pero recuerda que cada grado que se descienda por debajo de los 25 grados, el consumo de energía aumenta en torno al 8%.
Lo primero que debe saber es que, al menos una vez a la semana, incluso en invierno, debe encender el aire acondicionado durante un par de minutos para que el aceite circule en el compresor y mantenga lubricado el equipo. Si durante el invierno no se ha utilizado el vehículo, deberá ponerlo en funcionamiento lentamente, ya que tanto tiempo de inactividad puede hacer que las juntas de unión de las tuberías y los componentes se resequen. Con la llegada del verano, recuerde comprobar el nivel de aceite del compresor y el estado de éste, realizar una limpieza exterior del radiador y del condensador con aire a presión y comprobar la carga de gas. Además, las fijaciones de los conductos deben verificarse cada 20.000 kilómetros.